En ocasiones, los tratamientos mejoran enfermedades o condiciones pero no terminan de funcionar. ¿Por qué? A veces la persona, de forma inconsciente, presenta una resistencia a la sanación o a la plenitud de ese área de su vida.
¿Cómo es posible? Algunas de las respuestas que podemos encontrarnos son:
Beneficios indirectos. Desde que ha enfermado, la persona recibe más atención de los suyos, deja de hacer tareas que le resultaban tediosas, puede percibir una pensión y en el fondo prefiere esa "vida resuelta"... son algunos ejemplos de beneficios indirectos de la enfermedad a los que la persona, a veces de forma inconsciente, no quiere renunciar.
No sentir merecimiento. Entre los múltiples "no merezco" que llenan nuestro inconsciente, se encuentra la creencia de que no merecemos sanar, abundancia, amor, etc. Puede haber sido grabado a lo largo de nuestra vida, sobre todo en la infancia debido a nuestra percepción de la realidad, o por un sentimiento como el de de la culpa. A veces es de origen kármico.
Resistencia mental. Si la persona no cree realmente que se puede sanar su condición, sus pensamientos en contra de la misma pueden boicotearla, y generar resistencias.
¿Qué implicaciones tiene?
En pocas palabras, bloquea la sanación en un punto determinado. Te deja avanzar y quitar algunas capas, pero no rematar.
Se observa claramente al diagnosticar con kinesiología: el organismo muestra que un problema, por ejemplo una enfermedad crónica, está sanado, pero la persona no percibe esta sanación. Al preguntar al inconsciente si realmente quiere la sanación, éste responde no.
¿Tiene solución?
Por supuesto. Cuando se detecta este bloqueo, debe eliminarse, por ejemplo con Sanación Psicoenergética, método rápido, eficaz y definitivo. Aparecen entonces capas nuevas a tratar con respecto a la condición o enfermedad que estaban ocultas, pudiendo así progresar hasta completar la sanación.
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